La víscera arquitectónica. La edificación de las entrañas, de Emilio López-Galiacho
Resumen
El mensaje arquitectónico no es sólo la fachada de un edificio sino su funcionalidad interna que permite y/o facilita o reniega de ciertos comportamientos humanos. A partir de la apreciación de este estudioso de la ingeniería sistémica de las emociones, podemos deducir que además de construirse hábitats, edificios o casas, se diseñan sensibilidades, conductas y nuevas relaciones sociales. Pero en este caso al que voy a referirme, el del arquitecto, músico y artista español multidisciplinario Emilio López-Galiacho, cofundador
de la publicación fronterad.com y profesor de la Universidad Antonio de Nebrija de Madrid; el término de arquitectura orgánica no obedece a lo que se conoce como filosofía de la arquitectura, aquélla que promueve la armonía del hábitat humano con el mundo natural. Y sin embargo su resultado, el de Galiacho, nos fascina por una composición generada con gran maestría; la suya es una estética del horror, una estrética. Las nuevas tecnologías digitales le permiten poner en claro y en alta resolución las contradicciones que ha mostrado la arquitectura en su práctica mal llevada: una estruendosa pesadilla que voltea a las entrañas de nuestras emociones hacia fuera, un paso de la biopolítica a lo biofinaciero como un control negativo e impositivo del comportamiento humano.