El umbral y su contrario, el enclave, han formado parte de la historia de las ciudades desde su misma fundación. El umbral representa el deseo de traspasar el espacio de uno mismo, de lo igual y adentrarse en el proceloso campo de las interacciones humanas. El enclave, en cambio, ensimisma a quien se lo aplique, ya sea una colectividad o un espacio. Los primeros muros que protegían y delimitaban el terreno urbano establecían una primera barrera que a lo largo de los siglos se ha ido modificando y oscilando en su grado de apertura o cierre. En las ciudades contemporáneas esas murallas se han trasladado al interior, segregando barrios y urbanizaciones cerradas y dando paso a una ciudad dual. En el siguiente artículo se propone viajar a la genealogía y aplicación de los conceptos de ‘umbral’ y ‘enclave’ a través de la aportación de Stavros Stavrides en su libro Hacia la ciudad de umbrales. Ello permitirá profundizar en los conceptos y en el pensamiento del autor, juntamente con el diálogo con otros pensadores y otros momentos del autor mismo.