Ciudades en transición. Centro urbano en Fráncfort del Meno [Presentación]

Abstract

La transformación digital de las ciudades, la sociedad líquida con sus vidas fragmentadas y aceleradas y un estilo de vida cada vez más ininterrumpido están cambiando funciones en el espacio urbano creando nuevos formatos. Los lugares se vuelven multifuncionales y fluidos. Es decir, la sociedad actual mantiene un estilo de vida fluido y busca tales espacios para desarrollarse. Por ello, las áreas individuales de la vida, sobre todo los lugares de trabajo y de residencia, el consumo y los servicios, se entrelazarán nuevamente en el futuro, de modo que surgirán lugares especiales en todas partes que llevarán el ADN de la modernidad fluida. Las ciudades están en transición: las estructuras tradicionales se están desmoronando, nuevos espacios de oportunidad están surgiendo. Los centros de las ciudades siempre han sido lugares de vida urbana que se caracterizan por el comercio, la vivienda, el trabajo, la cultura, el turismo, el encuentro y convivencia de las personas. Es precisamente esta vitalidad y mezcla de usos lo que hace que las ciudades y los centros urbanos se encuentren en un permanente proceso de cambio. Sin embargo, la pandemia del Covid-19 ha acelerado significativamente la velocidad de la transformación y está actuando como catalizador de una crisis que ya se estaba manifestando debido a la competencia por las adquisiciones en línea, la muerte de las grandes tiendas departamentales y los cambios en el comportamiento de compra en las zonas peatonales, incluso en Fráncfort. El centro de la ciudad del futuro debe ofrecer algo más que compras y consumo. En cambio, los centros urbanos deberían establecerse como llamados “Terceros lugares” para convertirse en lugares donde las personas se encuentran, les gusta quedarse, aprovechar las ofertas culturales o profesionales interesantes y, en cierta medida, también involucrarse. Con esto en mente, hoy en día hay una cantidad de iniciativas en las que los municipios y los actores locales están tratando de desarrollar soluciones creativas y sostenibles para repensar y diseñar los centros de las ciudades (programa estatal “Zukunft Innenstadt” (“Futuro del centro urbano”), “Kreativraum³” (“Creative Space”), master plan “Erlebnis City” (“Ciudad de la experiencia”), “Agentur des städtischen Wandels” (“Agencia del cambio urbano” Frankurt, etc.). Por ende, queremos una ciudad que “viva y respire” con la que las personas se sientan conectadas emocionalmente. Esto significa también que la ciudad tiene un ambiente para contar historias e inspirar a la gente. El atractivo emocional para los habitantes de una ciudad y para quienes la visitan es esencial para una ciudad viva y habitable. Los usuarios de la ciudad anhelan experiencias reales, experiencias multisensoriales y lugares mágicos que tengan un significado más profundo. Los centros urbanos son tales epicentros de la emoción. Son historia ambulante, almacenes de identidad colectiva. La tendencia actual hacia la historización y la reconstrucción (por ejemplo, el casco antiguo de Frankfurt) está relacionada con la búsqueda de identidad. La gente necesita lugares que transmitan estabilidad (y, por lo tanto, orientación) en un momento de agitación.

The digital transformation of cities, the liquid society with its fragmented and accelerated lives and an increasingly uninterrupted lifestyle are changing functions in the urban space creating new formats. Places become multifunctional and fluid. That is, today’s society maintains a fluid lifestyle and seeks such spaces to develop. This is why individual áreas of life, above all places of work and residence, consumption and services, will intertwine again in the future, so that special places will emerge everywhere that carry the DNA of fluid modernity. . Cities are in transition: traditional structures are crumbling, new spaces of opportunity are emerging. The centers of the cities have always been places of urban life that are characterized by commerce, housing, work, culture, tourism, meeting and coexistence of people. It is precisely this vitality and mix of uses that means that cities and urban centers are in a permanent process of change. However, the Covid-19 pandemic has significantly accelerated the speed of transformation and is acting as a catalyst for a crisis that was already manifesting itself due to competition for online procurement, the death of large department stores and changes in purchasing behavior in pedestrian areas, even in Frankfurt. The city center of the future must offer more than just shopping and consumption. Instead, urban centers should establish themselves as so-called “Third Places” to become places where people meet, like to stay, take advantage of interesting cultural or professional offerings, and to some extent also get involved. With this in mind, today there are a number of initiatives in which municipalities and local stakeholders are trying to develop creative and sustainable solutions for rethinking and designing city centers (state program “Zukunft Innenstadt” (“Future of city center”), “Kreativraum” (“Creative Space³”), master plan “Erlebnis City” (“City of Experience”), “Agentur des städtischen Wandels” (“Urban Change Agency” Frankurt, etc.). Therefore, we want a “living and breathing” city with which people feel emotionally connected. This also means that the city has an atmosphere to tell stories and inspire people. The emotional appeal for the inhabitants of a city and for those who visit it is essential for a lively and habitable city. Users in the city crave real experiences, multi-sensory experiences, and magical places that have deeper meaning. Urban centers are such epicenters of excitement. They are walking history, warehouses of collective identity. The current tren towards historicization and reconstruction (for example, the old town of Frankfurt) is related to the search for identity. People need places that convey stability (and therefore guidance) in a time of turmoil.