La cultura líquida. Modelos de espacios culturales ¿enfrentados? [Presentación]
Resumen
Todas las culturas son fruto de la intercomunicación, ya sea entre grupos humanos contemporáneos en el tiempo o entre generaciones a lo largo de los siglos. La historia de la humanidad no es otra cosa que el conjunto de esas relaciones. Esto se evidencia en el momento actual, la denominada era de la globalización, donde el paisaje urbano y su conexión con lo cultural se define por su diversidad en términos de comunidades e individuos, así como por las estrechas interrelaciones que se dan entre ellos. Esta acuciante diversidad en la cultura, la cual es, por naturaleza, líquida, permeable, dinámica y transformadora, puede implicar la necesidad de cambio en aquellas estructuras urbanas que la fomentan, acogen y/o potencian. Así, su manifiesta capacidad de crear interconexiones y, por tanto, iniciar un verdadero viaje hacía la interculturalidad, debe partir de un enfoque abierto, plural e inclusivo. Cuando nos aproximamos a la cultura desde la perspectiva urbana, y esta es analizada desde un enfoque crítico, es posible ampliar horizontes y enriquecer recursos que den lugar a visiones alternativas para estos espacios culturales y sus entornos. Mientras que podría decirse que la modernización sigue un camino lineal de desarrollo histórico, la diferenciación de la modernidad y el auge de las culturas híbridas pueden definirse como un ejemplo de “diferenciación líquida”. El argumento se sustenta en la idea de que los modelos fordistas de racionalización unidimensional están siendo sustituidos por una nueva dinámica en la que existe una interacción permanente pero inestable entre la modernidad lineal y la líquida. Este concepto de dinámica es importante porque evita la simple dicotomía entre cultura McDonaldizada y cultura anclada en el tiempo (Turner, 2003). En este sentido algunos equipamientos culturales, espacios patrimoniales, monumentos, etc. están sintetizando sus funciones, divergiendo de sus cometidos originales, permitiéndose una nueva permeabilidad; otros, en cambio, mantienen sus estructuras y procedimientos tradicionales, eficaces para su propó sito de canalizar las necesidades de su entorno. En la ponencia propuesta, se analizarán cualitativamente referentes relevantes de espacios culturales en diferentes ciudades, pertenecientes a las categorías antes mencionadas, estableciendo y cuestionando el alcance y conveniencia de sus procesos y el reflejo que poseen sobre el entorno urbano y sus habitantes. All cultures are the result of intercommunication, be it between contemporary human groups over time or between generations over the centuries. The history of humanity is nothing other than the set of these relationships. This is evident in the current moment, the so-called era of globalization, where the urban landscape and its connection with culture is defined by its diversity in terms of communities and individuals, as well as by the close interrelationships that exist between them. This pressing diversity in culture, which is, by nature, liquid, permeable, dynamic and transformative, may imply the need for change in those urban structures that foster, welcome and/or empower it. Thus, its manifest capacity to create interconnections and, therefore, start a true journey towards interculturality, must start from an open, plural and inclusive approach. When we approach culture from an
urban perspective, and this is analyzed from a critical approach, it is possible to broaden ho rizons and enrich resources that give rise to alternative visions for these cultural spaces and their environments. While modernization arguably follows a linear path of historical development, the differentiation of modernity and the rise of hybrid cultures can be called an example of “liquid differentiation.” The argument is based on the idea that Fordist models of one-dimensional rationalization are being replaced by a new dynamic in which there is a permanente but unstable interaction between linear and liquid modernity. This concept of dynamics is important because it avoids the simple dichotomy between McDonaldized culture and culture anchored in time (Turner, 2003). In this sense, some cultural facilities, heritage spaces, monuments, etc. they are synthesizing their functions, diverging from their original tasks, allowing themselves a new permeability; Others, on the other hand, maintain their traditional structures and procedures, effective for their purpose of channeling the needs of their environment. In the proposed paper, relevant referents of cultural spaces in different cities, belonging to the aforementioned categories, will be qualitatively analyzed, establishing and questioning the scope and convenience of their processes and the reflection they have on the urban environment and its inhabitants.