Tres rostros vampíricos
Resumen
Sin duda, el rostro del vampiro es inmortal, yace latente en cada uno de nosotros cuando mostramos nuestro lado más obscuro. El rostro del vampiro es multifacético: heterosexual, bisexual o simplemente sexual, como un reflejo fiel de nuestro deseo insatisfecho de hambre, posesión, desesperación, lujuria o poder; entronizado en un ámbito donde impera la noche y la nada perdidas en la eternidad. Cada rostro vampírico expuesto cumplió con grandeza estas cualidades. En la actualidad, el arquetipo vampírico de delgadez, belleza y poder como idea sigue vigente, se propaga en todos los ámbitos como si fuera una moda efímera de Lagerfeld, su misma apariencia física lo vuelve el Kaiser de la moda vampírica posmoderna.