Mundo androcéntrico
Resumen
Nací siendo mujer, sin imaginarme las implicaciones que esto tendría en mi futuro, recuerdo que desde pequeña me cuestionaba las reglas, me molestaban las injusticias y hacía todo lo posible por impedir que sucedieran. Tardé un poco en reflexionar que gran parte de las cosas molestas e injustas que me rodeaban, tenían relación con ser mujer, que pese a creer y parecer libre, había cosas que desde niña no podía o no debía hacer por ser mujer, yo no tenía derecho de ser desordenada o no estar presentable porque “ni que fuera niño”. Desde que nacemos se nos educa y moldea de acuerdo a las normas de este mundo de hombres, se nos enseña que es correcto usar palabras en masculino para referirse a hombres y mujeres (aunque no siempre, y tenemos que aprender cuando si y cuando no estamos incluidas), se nos enseña a leer a hombres y sobre hombres, a admirar sus creaciones, a diferenciar cual es el lugar de la mujer y el del hombre en este mundo, que cualidades distinguen a cada sexo, que ropa, accesorios y frases podemos utilizar según el sexo con el que nacimos, e inclusive hasta las actividades que es correcto realizar y cuáles no. Vivimos en un mundo que apenas comienza a tomar en cuenta que todos los seres somos diferentes, con diferentes características y por lo tanto, diferentes necesidades, un mundo en el que ni los medicamentos, ni el mobiliario, ni las ciudades, ni los autos, ni las nuevas tecnologías están hechas tomándonos en cuenta a todas y todos, sino únicamente al hombre estándar, un hombre blanco de 70 kilogramos aproximadamente y heterosexual, y todo lo que no encaje en tales parámetros pasará a ser secundario en este mundo en el que tu asistente de voz no te escucha, no hay equipo de trabajo de tu talla, se te da un menor crédito bancario por ser mujer, el reconocimiento facial es discriminatorio e inclusive puede no detectarte según tu color de piel. Este proyecto busca la reflexión mediante la información, que logremos identificar cuando se está excluyendo en productos de diseño, en situaciones o hechos históricos y así dejar de repetirlo, porque la información es poder y desde nuestra posición de creadoras y creadores tenemos la capacidad de comenzar a cambiar todas estas pautas no solo en nuestro contexto, sino para cualquiera.