Huellas y linderos interpretativos: de la icónica a la pragmática visual
Resumen
Las mutaciones del cine y su hermenéutica dejan más preguntas que respuestas. En el advenimiento de nuevas sensibilidades, en el hacer y ver de la imagen y del cine, las fronteras se disuelven e intersectan. Entre la imagen y el cine, el postcine y su interpretación, acudimos aquí a revisar algunas claves proyectadas hipotéticamente en nuevas figuraciones y prácticas creativas y receptivas. En medio de ello, la política se nos muestra en forma más extensiva y relevante, como una politicidad que rompe la frontera que divide el espacio de representaciones mediatizadas de la política real, en donde el cine y el medio audiovisual juegan un papel fundamental. La politicidad se manifiesta en las imágenes móviles como un hacer y un valorar distribuido y expandido en el sujeto contemporáneo, vivido sensible y corporalmente, pero también reflexivamente, más allá de modelos, instrumentos o burocracias, creando horizontes y trazos potenciales e instalándose entre lo personal, lo colectivo y lo intersubjetivo, que vinculan al sujeto concreto con un mundo en convulsión. Lizarazo nos ha llevado de la mano en este recorrido, permitiéndonos replantear los órdenes fundantes del cine como potencia, y provocando críticamente los eslabones indisolubles entre estética y política. En esta reflexión quedan abiertos los trazos que reconocen la idea de que el uso hace al medio, que el cine es de quien lo trabaja y de quien lo interpreta o reinterpreta, haciendo de la imagen un mundo, y de este, una imagen infinita.