Abstract
Desde la creación de la Real Academia de San Carlos, a fines del siglo XVIII, el gremio de los arquitectos se distinguió por sus habilidades en el diseño, la historia, el dibujo, la escultura y las artes en general. Distanciados de las problemáticas sociales y de los
ámbitos del poder, fue hasta mediados del siglo XIX, que algunos colegas colaboraron con la administración pública, pero no en el terreno de la política.