El diablo viste a la moda: diseño, moda y propiedad Intelectual
Resumen
En películas como The devil wears Prada y Sex and the City la moda se encuentra omnipresente convirtiéndose, incluso, en un personaje más. En Sex and the City, una de sus estrellas es un bolso Motard Firebird de Louis Vuitton, diseñado por Marc Jacobs y Richard Prince. Esta cartera es un regalo que Carrie hace con motivo de la Navidad a Louise (Jennifer Hudson), su asistente, de forma tal que ya no tiene que alquilarla continuamente. Lo interesante es que la película revela un mercado de arrendamiento de productos de moda, donde se puede conseguir unos zapatos Manolo Blahnik o Jimy Choo y carteras Dolce & Gabbana o Viktor & Rolf ¿Existe en México un mercado similar? Distintas razones explican la ausencia de un mercado parecido en nuestro país. Una de ellas es el mercado negro, donde se pueden adquirir imitaciones de las creaciones de moda a un precio considerablemente menor. La pregunta es: ¿cómo afecta el mercado de bienes de imitación a los diseños originales? “Los ámbitos actualmente más significativos de la disciplina del Diseño son: Diseño Gráfico, Diseño de Producto, Diseño de Interiores y Diseño de Moda. La función del diseño como mediador entre tecnología y arte, cultura, producción y consumo es imprescindible en la sociedad actual. Diseño e innovación son elementos consustanciales a la estrategia empresarial pues contribuyen a identificar los productos, dan fuerza a la marca, facilitan el acceso a nuevos mercados y comunican mejor los valores corporativos. Por otro lado, la innovación, impulsada por el diseño, el diseño para la sostenibilidad y el diseño para todos, contribuyen a desarrollar soluciones estéticas, social y ambientalmente correctas e impulsar un consumo más responsable y una nueva idea de bienestar. El diseño es factor determinante en la gestión global de la empresa para optimizar recursos, señalar diferencias y posicionamientos que posibilitan el aumento de su eficiencia y su calidad. Así, una formación de calidad de los futuros profesionales del diseño debe suponer la articulación de conocimientos científicos, humanísticos, tecnológicos y artísticos, el adecuado desarrollo de las capacidades y destrezas técnicas, la correcta utilización de los procedimientos y el análisis y creación de valores de significación artística y cultural, social, empresarial y medioambiental.