Literatura, religión y sociedad : de la portentosa vida de la muerte a Don Catrín de la Fachenda
Resumen
"Un observador tan lúcido como Tocqueville apuntaba: "La
Revolución francesa ( ... ) no ha hecho más que desarrollar el
germen de las cosas principales, pues éstas existían antes que
ella". Y añadía: "Estoy seguro de que todo lo que hizo la Revolución
también se habría hecho sin ella.
No comparto la seguridad de esta segunda afirmación, por
lo demás no comprobable, pero sí me parece acertada la idea de
que el presente anida en el pasado, aun cuando ese germen no
sea reconocible como tal. Es el caso de La portentosa vida de la
Muerte, de fray Joaquín Bolaños, impresa en México, en 1792; es
decir, en los últimos años de la Colonia, y en cuyas páginas late,
como una amenaza, la mentalidad burguesa que era preciso combatir
y que a la postre animaría la Emancipación.
El texto, de evidente intención doctrinaria, está lejos de ser
una novela, como ha querido interpretar algún crítico. Se trata
de un sermón y el predicador que asume la palabra -el mismo Bolaños
podemos suponer- no lo oculta: En cumplimiento de esta orden, y de la obligación que nos incumbe,
yo el mínimo entre los predicadores, llamado al ministerio apostólico
por especial gracia de Dios, así como lo hago saber desde los
púlpitos a todos los que se dignan de escucharme, así lo hago saber a
todos los que se dignan de leerme; ( ...)."