La influencia del destino en dos personajes de la novela, Donde deben estar las catedrales de Severino Salazar
Fecha
2015-10Autor
Sánchez Reyes, Felipe de Jesús Ricardo
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"¿Quare de vulva eduxisti me?, ¿Por qué me expulsaste de tu matriz? No sé si deba estarte agradecido por haberme dado, sin que yo lo pidiera, esta hermosa pesadilla que se llama vida” (p. 60). “Lo más bello de la vida es que ignoramos nuestro destino” (p. 26), afirma Crescencio en la novela de Severino Salazar, Donde deben estar las catedrales.
En el pensamiento arcaico griego, la maldición de los padres, aseveran Maurizio Bettini y Giulio Guidorizzi en su libro, El mito de Edipo, es una enfermedad hereditaria que se transmite a los hijos. Por esa razón cuando Layo rapta y viola al hijo adolescente de su amigo Pélope, éste lo maldice. Así Layo recibe la maldición que la transmite a su hijo Edipo y a sus nietos, quienes “al nacer, llevan en su interior la semejanza del que los ha precedido: pues de padres a hijos se transmiten las culpas y el destino” (p. 35)."